El amor en los tiempos del SIDA
PÍLDORAS AZULES, de Frederik Peeters.
C PEE pil
El 1 de diciembre celebramos el Día
Mundial del SIDA, y desde la Biblioteca Pública de Segovia aprovechamos la
ocasión para entresacar de nuestros estantes una de las obras más recomendables
escritas en torno a esta enfermedad. ¿Es un tratado médico? ¿Un libro de
autoayuda? ¿Una novela? ¿Un documental? Nada de eso: se trata de un cómic.
Hablamos de Píldoras azules de Frederik Peeters, una novela gráfica
publicada originalmente en Suiza en 2001 por la editorial Atrabile y que no
tardó en recibir el calificativo de obra maestra por parte de críticos y
público.
¿Y de qué va Píldoras azules?
Se trata de una narración autobiográfica en la que el dibujante pone frente a
los ojos del lector los recovecos de su relación con su pareja, Cati: con un
trazo expresivo, sucio y vibrante nos describe cómo se conocieron, cómo se
enamoraron y cómo se fue desarrollando su vida juntos, que como toda
convivencia basada en el amor tiene mucho de montaña rusa emocional. Lo que
hace a esta relación diferente del tradicional chico-conoce-chica es que Cati
es seropositiva. Ante esta revelación, el protagonista/autor se ve obligado a
enfrentarse a la legión de prejuicios y miedos que rodean al VIH, y decide
apostar por el amor y normalizar la situación para conquistar poco a poco junto
a ella ese tesoro que es disfrutar sin miedos una vida de pareja plena,
sexualidad inclusive. Parte de la situación que Frederik tiene que afrontar es
que, en el momento de iniciar su relación, Cati vive con su hijo, también
seropositivo. La relación del autor con el niño (un niño de verdad, nada de niño
Disney idealizado) es también tratada con la ternura y el verismo que solo
pueden ofrecer los recuerdos propios.
Si en algo destaca el enfoque de
Peeters es en su espontaneidad. Renunciando a la moralina o a los recursos de
lágrima fácil, el relato de Píldoras azules fluye como la vida misma,
con sus luces y sus sombras, con personajes profundamente humanos y la
descripción minuciosa de una relación de verdad, con sus conversaciones de cama
y de sobremesa, con sus visitas al médico... y todo ello sin renunciar a representar
su mundo interior, para lo que entrelaza la realidad con escenas oníricas o
simbólicas. En una inolvidable secuencia, el problema del SIDA se materializa
físicamente como "el rinoceronte en la habitación" que condiciona
toda interacción entre los protagonistas.
Hoy, veinticuatro años después de la
publicación de esta novela (autobio)gráfica, Frederik y Cati siguen viviendo
juntos en Ginebra. Además del niño que aparece en sus páginas, posteriormente
tuvieron una hija. Más allá del vértigo inicial ante el diagnóstico, Cati ha
conseguido llevar una vida con plenitud, que solo se diferencia de otras vidas
en que tiene que tomar después de las comidas sus píldoras azules.
(N.B.: Una mención especial a nuestro
compañero Marcial, que se ha encargado recientemente de restaurar de forma
magistral el ejemplar de esta obra que ponemos a vuestra disposición en la
biblioteca. ¡Parece nuevo, oigan!)
No hay comentarios:
Publicar un comentario