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lunes, 25 de noviembre de 2024

 

El amor en los tiempos del SIDA

PÍLDORAS AZULES, de Frederik Peeters. C PEE pil
 


El 1 de diciembre celebramos el Día Mundial del SIDA, y desde la Biblioteca Pública de Segovia aprovechamos la ocasión para entresacar de nuestros estantes una de las obras más recomendables escritas en torno a esta enfermedad. ¿Es un tratado médico? ¿Un libro de autoayuda? ¿Una novela? ¿Un documental? Nada de eso: se trata de un cómic. Hablamos de Píldoras azules de Frederik Peeters, una novela gráfica publicada originalmente en Suiza en 2001 por la editorial Atrabile y que no tardó en recibir el calificativo de obra maestra por parte de críticos y público.

¿Y de qué va Píldoras azules? Se trata de una narración autobiográfica en la que el dibujante pone frente a los ojos del lector los recovecos de su relación con su pareja, Cati: con un trazo expresivo, sucio y vibrante nos describe cómo se conocieron, cómo se enamoraron y cómo se fue desarrollando su vida juntos, que como toda convivencia basada en el amor tiene mucho de montaña rusa emocional. Lo que hace a esta relación diferente del tradicional chico-conoce-chica es que Cati es seropositiva. Ante esta revelación, el protagonista/autor se ve obligado a enfrentarse a la legión de prejuicios y miedos que rodean al VIH, y decide apostar por el amor y normalizar la situación para conquistar poco a poco junto a ella ese tesoro que es disfrutar sin miedos una vida de pareja plena, sexualidad inclusive. Parte de la situación que Frederik tiene que afrontar es que, en el momento de iniciar su relación, Cati vive con su hijo, también seropositivo. La relación del autor con el niño (un niño de verdad, nada de niño Disney idealizado) es también tratada con la ternura y el verismo que solo pueden ofrecer los recuerdos propios.

Si en algo destaca el enfoque de Peeters es en su espontaneidad. Renunciando a la moralina o a los recursos de lágrima fácil, el relato de Píldoras azules fluye como la vida misma, con sus luces y sus sombras, con personajes profundamente humanos y la descripción minuciosa de una relación de verdad, con sus conversaciones de cama y de sobremesa, con sus visitas al médico... y todo ello sin renunciar a representar su mundo interior, para lo que entrelaza la realidad con escenas oníricas o simbólicas. En una inolvidable secuencia, el problema del SIDA se materializa físicamente como "el rinoceronte en la habitación" que condiciona toda interacción entre los protagonistas.

Hoy, veinticuatro años después de la publicación de esta novela (autobio)gráfica, Frederik y Cati siguen viviendo juntos en Ginebra. Además del niño que aparece en sus páginas, posteriormente tuvieron una hija. Más allá del vértigo inicial ante el diagnóstico, Cati ha conseguido llevar una vida con plenitud, que solo se diferencia de otras vidas en que tiene que tomar después de las comidas sus píldoras azules.

(N.B.: Una mención especial a nuestro compañero Marcial, que se ha encargado recientemente de restaurar de forma magistral el ejemplar de esta obra que ponemos a vuestra disposición en la biblioteca. ¡Parece nuevo, oigan!)

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